iOS 8

La tecnología del siglo XXI puede verse como la constante deuda entre una compañía y sus usuarios. Las primera no debe nada a los segundos, sino a sus accionistas, pero son los segundos quienes posibilitan que los buenos resultados lleguen. La deuda no es más que lo que hay que entregar a los consumidores para que sigan confiando en ti. iOS 8 es la manera de saldarla.

Todas las compañías conocen bien el juego de contentar a sus usuarios. Google estuvo escuchando durante mucho tiempo-y por parte de alguno lo sigue haciendo- que su interfaz daba pena. Y se pusieron las pilas y contrataron a Matías Duarte. Y Duarte trajo Honeycomb y Gingerbread, haciéndonos gozar poco después con el gran avance que supuso Ice Cream Sandwich. Pero aún sonaban las quejas a su insoportable lag. No mucho más tarde llegó su solución con Project Butter y Google conoció lo que significa contentar usuarios.

Android 4.1 jelly Bean

Con iOS 8, Apple resuelve exactamente eso. Las quejas de sus usuarios distan de ser tan primarias como lo fueron las de los de Google hasta 2012. Se debe a su idiosincrasia como empresa. Con cierta periodicidad, da golpes sobre la mesa y remueve todas las aguas del mar. Tras eso, las mareas se relajan y hay una etapa de buen tiempo. Y en esa etapa, se transforma en una compañía lenta en tomar decisiones, aunque lo haga con una solidez admirable.

La esperanza de que lleguen ciertos cambios suele ser decreciente. Apple juega con ellaY es una historia que todos conocemos. Tuvimos que esperar 3 versiones del entonces iPhone OS para descubrir un sistema de copiar y pegar y de notificaciones push que hoy seguimos admirando. Tuvieron que pasar 4 para poder hacer varias cosas a la vez y además tener una batería bastante decente. 5 para que nuestras notificaciones pudieran ser vistas más tarde. 6 para tener un modo de silenciado efectivo. 7 para tener controles rápidos y poder recibir actualizaciones en segundo plano. Y 8 para que Apple que siempre ha ido a su ritmo se parase, y le importase lo que sus usuarios piensan, según dejó entrever el "Consumers want what we don't have".

Como hemos dicho, pensamientos que se veían plasmados en demandas muy antiguas. iOS 8 es solución a eso. iOS 8 es el ejemplo de que no estábamos equivocados y que nuestras necesidades son las mismas que las de Federighi y Ive, y que las mejoras no llegaban por excesivo refinamiento o capricho. Ésta Apple aúna su pasado y su futuro: la toma de decisión autónoma que le caracteriza con la necesidad de por lo menos observar los vientos del mercado.

IOS 8

Y aquí está iOS 8. La iteración del sistema que callará de una vez las voces que dudaban de su utilidad. El sistema que sin ser revolucionario puede devolver la hegemonía a Apple. Y finalmente, un sistema que pasará a la historia como el Snow Leopard de iOS 7, y nada más lejos de la realidad; iOS 8 es el sistema que verdaderamente amplía y expande las posibilidades del usuario, que aglutina tantísimos suspiros con nombre de "Vaya mierda de Keynote" y los transforma en la mejor presentación de software que los jóvenes recordamos.

Quizá la deuda más grande fuese con desarrolladores pequeños, y eso también se ha solucionado. Se les ha entregado numerosas herramientas para mejorar enormemente sus aplicaciones, y lo que es más importante: con las nuevas medidas de descubrimiento en el App Store han ganado mucha visibilidad en un mercado de 1.2 millones de competidores. Ahora será más mucho más fácil encontrar todas aquellas que nacieron con iOS 7.

It´s the ecosystem, stupid!iOS 8 nos abre la puerta a eso que tanto deseamos: trabajar cómodamente con un iPad o incluso un iPhone. ¿Cómo? Entregando un servicio de tratamiento de archivos funcional y modificable, capaz de funcionar en todas las direcciones. Nos trae la tan ansiada comunicación entre apps, llevada a cabo de manera excelente, separando las aplicaciones de sus servicios.

Más allá de las cientos de funciones específicas, iOS 8 y Yosemite nos enseñan que Apple se está tomando en serio la batalla importante con Google y Microsoft: la conquista del ecosistema. Por fin entendemos y se hace verdaderamente real aquello de que cuantos más dispositivos de una misma marca tengamos conectados más fácil será nuestra vida tecnológica. Hasta ahora no pasaba de anécdota.

iOS 8

La presentación de iOS 8 hace humo una antigua afirmación: "iOS nunca será mejor que Android porque es cerrado". Un sistema cerrado no es mejor ni peor, sino dependiente. Es la compañía que lo desarrolla quien debe cargarlo de funcionalidades, a su ritmo. Con otra filosofía, acaban llegando y convenciendo a sus usuarios, y eso es lo importante.

iOS 8 nos trae muchas cosas que deseábamos con locura, como deja claro esta entrada. Apple ha saldado la deuda que tenía con los que siempre han creído en ella y con los que siempre han desarrollado para ella. A los conformistas les ha dicho que no defiendan lo indefendible: los cambios son necesarios. Ahora que parece que nos escucha, no dejemos -educadamente- de pedir.

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