La instauración en México de esquemas de portabilidad numérica en el mercado de telefonía fija y celular, que permitieran a los usuarios conservar su número telefónico aunque cambiaran de compañía operadora, fue algo que se mostró como necesario para combatir diversas prácticas monopólicas e injustas, en donde las telefónicas eran dueñas de dicha secuencia de identidad y por lo tanto para conservarlo había que permanecer atados a ellas. Los decretos de portabilidad numérica fueron diseñados en 2008 supuestamente para romper esas cadenas y no estar secuestrado dentro de una operadora cuyo servicio no se ajusta a nuestras necesidades o presupuesto, la medida en teoría favorecería una competencia de mercado más justa donde la mayoría de los usuarios no se concentrara con una sola empresa. Sin embargo, de acuerdo con el más reciente informe, en 2013, para el sector móvil, la única telefónica que ganó suscriptores con este sistema fue, justamente, aquella por la cual se creó esta "solución": Telcel.
Telcel ganó suscriptores, Movistar los perdió.
Según el último reporte del Instituto Federal del Telecomunicaciones (IFT), en México los usuarios que cambian sus líneas telefónicas de un operador a otro son cada vez más, presentando un incremento sustancial de esta práctica año con año, pero resulta que en lo que respecta a telefonía celular, los suscriptores no están dejando las grandes empresas para mudarse a las más económicas y accesibles, sino que está sucediendo todo lo contrario. De acuerdo con el IFT en noviembre de 2013 se logró una nueva marca al llegar a los 11 millones ochocientos diecisiete mil usuarios que ejercieron su portabilidad numérica para cambiar de operadora, esto es 56% más que en 2012. Pero en el mercado de las operadoras móviles sólo América Móvil (Telcel) fue la que ganó clientes bajo este esquema, al agregar a 3 millones ciento sesenta y siete mil suscriptores provenientes de otras compañías a lo largo del año. Mientras que Telefónica (Movistar) resultó el más afectado al perder más de 894 mil usuarios, seguido por Iusacell que rompió relaciones con más de 265 mil números.
La portabilidad numérica es un derecho básico que poseen los usuarios de servicios de telecomunicaciones en México, que le permite a los usuarios conservar su número telefónico cuando cambian de operadora, ya sea fija o móvil. Las dos compañías que detonaron la instauración de este esquema en su 2008 fueron justamente las hermanas Teléfonos de México (TELMEX) y América Móvil (Telcel), ya que eran (y siguen siendo) dueños de la mayoría del mercado y la pérdida de dicho número de identificación era un factor supuestamente crítico para no migrar con la competencia. Al día de hoy en México existen poco más de 102 millones de líneas de telefonía celular y más de 20,4 millones fijas. Se estima que Telcel posee cerca del 70% de los suscriptores móviles del país.
Abel Hilbert, experto en telecomunicaciones opinó sobre este hecho en entrevista exclusiva con El Financiero, aclarando que el sistema de portabilidad numérica en realidad ha tenido su mejor rendimiento en el segmento de telefonía fija, acotando que el mercado móvil está en otra etapa de desarrollo donde incluso se ha observado una disminución del ritmo de crecimiento del mercado:
México ya no es el mercado más concentrado dentro de los países de la OCDE. La portabilidad no es un fin en sí mismo, sino una medida que contribuye a generar competencia.
Hilbert considera que uno de los objetivos de la portabilidad numérica es eliminar "el costo de la transacción" en el que incurre un usuario al momento de querer cambiar de proveedor, orientando la decisión final hacia las condiciones de calidad y precio de cada empresa, sin el riesgo de perder su número telefónico. En otras palabras, favorece una ambiente de competencia justa, sin embargo las estrategias de difusión y la labor de convencimiento dependerá de cada operadora.
Siendo una situación donde América Móvil posee los recursos e infraestructura para lucir más atractiva, coaccionado por una serie de campañas donde los contratos de plazos forzosos y las tarifas variables por lo general son minimizadas para no influir negativamente en la decisión final del usuario.