El acto de hablar por celular en México se esta convirtiendo cada vez en una actividad menos común para los usuarios nacionales, debido a la alta penetración del segmento de smartphones y su clara tendencia hacia el consumo de aplicaciones y servicios alternativos a las llamadas de voz tradicionales, sin embargo, el mercado de telefonía móvil en México se sigue manteniendo con ese escenario complejo, donde infraestructura, tarifas y calidad de servicio no son factores equilibrados, en especial al ser comparados con los de otros países. Es así como la firma consultora Millward Brown México ha publicado un reciente estudio sobre los costos de la telefonía móvil en el país, en donde se descubre que un usuario local paga en promedio 40 veces más que uno en el Reino Unido, ya que un mexicano destina cerca de $350 pesos al mes en servicios de telecomunicación móvil, un monto elevado que dista de al calidad en lugares donde el costo es mucho menor, como sucede con Inglaterra.
La comparativa fue realizada por el periodista especializado Eduardo Ruiz Healy para Grupo Radio Fórmula, analizando las cualidades y defectos de la industria en México, la cual actualmente tiene más de 100 millones de usuarios, apenas un 33% el tamaño de lo que tiene el mercado en Estados Unidos, señala el periodista. Uno de los puntos más interesantes del estudio es el abordaje sobre la cantidad que los usuarios nacionales consideran justa para gastar en servicios de telefonía celular, señalando más del 50% de los encuestados la cifra de $200 pesos como el máximo que estarían dispuestos a invertir mensualmente.
Para los clientes de pospago, cerca de un 80% de los usuarios declaró revisar habitualmente sus facturas, sin embargo, manifestó no comprender los conceptos de los recibos, ni los procedimientos con los cuales la operadora tasa sus cuotas y cobros. El contrapunto interesante viene en lo que respecta a la calidad del servicio, ya que el 85% de los encuestados indicó que su mayor molestia es la desconexión en servicios de datos y voz, dejando patente que consideran que el servicio no tiene la calidad suficiente y que su gasto promedio es superior al que consideran justo.