El prepago es el esquema preferido por los usuarios de telefonía celular de México, esa es una tendencia bien establecida que corresponde con el escenario económico actual y las características del mercado, donde los planes de pospago, a plazos forzosos y con tarifas relativamente altas, constituyen un factor restrictivo para un mercado con consumidores impulsados por un factor aspiracional, pero limitados en su presupuesto. Existen en México cada vez mayor y mejor oferta de esquemas de pospago, sin embargo, de acuerdo con los estados financieros del último trimestre de las principales operadoras, se trata de un mercado que ha llegado a su peor momento de los últimos 11 años, al encontrarse en una franca etapa de estancamiento en su crecimiento.
De acuerdo con un reporte de Grupo Expansión, en el caso de Telcel las ganancias de sus suscriptores de renta ligaron ya dos trimestres con crecimientos de apenas un dígito, agregando apenas 153.000 usuarios de renta en el primer trimestre de 2014, lo que representó un crecimiento de su base de 8,1%, el índice más bajo en casi 11 años. Mientras que para Telefónica (Movistar) también se registró una caída de suscriptores de renta en un 8% en el primer trimestre del año, pasando de los 1,59 millones a 1,46 millones. Con Nextel el panorama es todavía peor, con una pérdida de más de 200 mil suscriptores para alcanzar un acumulado de casi 900 mil al sumar los perdidos durante 2014.
Todo esto es atribuido a una tendencia de "desaceleración" en la penetración de la población que puede mantener un plan de pospago. Así lo explica el director general de América Móvil, Daniel Hajj:
Tenemos una economía débil por eso estamos creciendo menos, y también tenemos una saturación en el mercado. Esperemos ver a dónde están nuestros competidores para ver dónde está el mercado.
De acuerdo con la publicación, los usuarios bajo un plan de pospago son altamente prioritarios para la compañías celulares ya que suelen gastar hasta cinco veces más que aquellos que utilizan un sistema de prepago. Sin embargo, la economía mexicana creció apenas 0,3% durante el último trimestre de 2013, sin una perspectiva tangible de mejora para el futuro inmediato, por lo que se espera que esta tendencia se mantenga a la baja.