A partir de 2007, con la llegada del primer iPhone, el mundo comenzó a ver los teléfonos móviles menos como un dispositivo para hacer llamadas y más como una especia de computadora de bolsillo. Acompañado de esta gran innovación por parte del dispositivo de Apple, llegó la guerra de patentes. El tema de las patentes de software en ocasiones se ha pasado de la raya, resultando en litigaciones donde empresas solo buscan sacar algo de dinero.

El gesto slide-to-unlock ha sido una de las principañes armas por parte de Apple para arremeter contra la competencia por vías legales. Apple envió el documento a la oficina de patentes en Estados Unidos un par de días antes de la Navidad de 2005, pero no fue hasta cuatro años después –a principios de 2010—que esta patente fue autorizada. Desde entonces, Apple la ha usado para entablar demandas contra HTC, Motorola, Samsung, entre otros. Después de todo, fue Steve Jobs quién aseguró su compañía gastaría “cada centavo” en perseguir a los que copian.

A través de varias litigaciones o amenazas, Apple ha forzado a las compañías a comprar licencias o modificar sus productos, a fin de que eviten infringir sus patentes. Estos procesos resultan costosos y consumen una gran cantidad de tiempo. Por ejemplo, Motorola fue demandado por usar un gesto de “stretch-to-unlock”, que consistía en estirar una barra de un extremo a otro para desbloquear el dispositivo. Apple consideró que era muy similar al slide-to-unlock y fue a la carga. Lo mismo ocurrió con Samsung, quienes utilizan un círculo en el centro de la pantalla, el cual se arrastra hacia cualquier dirección para realizar el desbloqueo.

Sin embargo, la esperanza de Samsung y el resto de las compañías radica en una pequeña compañía sueca llamada Neonode Inc. Antes de declararse en bancarrota en 2008, la compañía patentó un gesto de deslizar un dedo a través de la pantalla para cambiar de una aplicación a otra. Esto le ha servido ya a Samsung para vencer a Apple en batallas legales dentro de Holanda y tanto el fabricante surcoreano como el resto de ellos esperan que sirva como evidencia para futuras litigaciones.

El punto detrás de la guerra de patentes es que es un tema tanto absurdo como preocupante. Compañías que estudian patentes y ven qué demanda pueden sacar de ellas solo sirven para frenar la innovación. Después de todo, muchos académicos de la propiedad intelectual señalan que la guerra de patentes en smartphones terminará solo en acuerdos de licencias, aunque para llegar a esto sea necesario mucho tiempo y dinero, recursos que compañías emplean en atacar y defenderse en lugar de hacerlo en innovar sus productos.

Vía: The Wall Street Journal

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