Durante la Worldwide Developers Conference (WWDC) de éste año, Apple presentó su nuevo sistema operativo para dispositivos móviles, iOS 8. Tras un año de iOS 7 con mucho cambio gráfico y poco cambio funcional, tocaba, en la octava versión, romper muchos esquemas. Porque no lo neguemos, iOS ha vivido muchos años en una dimensión menor en cuanto a capacidades, y Apple lo sabía. Y sus usuarios lo demandaban. Mucho. Llegó la hora de resolver las deudas pendientes . Y Apple cumplió. Entregó, por fin, un sistema que funcionalmente (en otros aspectos siempre ha sido brillante) estaba a la altura del hardware de los iPhone, aunque no de los iPad.

A poco menos de 10 días para que se cumplan 2 meses de su fecha de lanzamiento oficial al gran público, me parecía interesante hacer un repaso a iOS 8 dos interesantes perspectivas.

Apple, ¿no era éste el Snow Leopard de iOS?

Snow-Leopard

Los usuarios que utilicen o estén familiarizados con el mundo Mac sabrán que tras una gran y novedosa versión de Mac OS X, Leopard, llegó Mac OS X Snow Leopard. Una versión que visualmente no estrenaba nada, pero introducía buenas mejoras como la mejor gestión multihilo del sistema (Grand Central Dispatch) y refinaba un producto que pese a ser notable, a veces pecaba de inestable. ¿Os suena la historia? Algo parecido ocurrió con iOS 7. Se introdujeron muchos cambios visuales pero los reinicios y ralentizaciones eran generalizados para muchos usuarios, aunque ni mucho menos haya que pensar que fuera mal sistema. En ese sentido, se tomó a iOS 8 como el Snow Leopard de iOS, porque debía suponer, al fin, volver a la estabilidad de iOS 6 (en el caso de Mac, a la de Tiger).

Se tomó a iOS 8 como el Snow Leopard de iOS y de momento, está lejos de serlo

¿Qué ha pasado finalmente? Se puede decir que el sistema funciona bastante bien, y en general todos los usuarios afirman que mejor que iOS 7. Sin embargo, son muchos los usuarios que se quejan de reinicios y algún que otro lag, sobre todo en el iPhone 6 Plus. Pero no es eso lo más grave de este nuevo sistema, no. Lo es el grave error que Apple cometió al lanzar la versión 8.0.1 de iOS con bugs que imposibilitaban acceder a la cobertura y al uso de la huella digital con Touch ID. De hecho, ante tales hechos dentro de la compañía de Cupertino rodaron cabezas y finalmente acabaron pidiendo disculpas al usuario. Una serie de sucesos, que definitivamente no supusieron el mejor arranque para el sistema que debía llegar con máxima estabilidad.

Developers, developers, developers... ¿No era lo importante aquí?

IOS 8

Como hemos comentado aquí muchas veces, y de manera más brillante mi compañero Félix Palazuelos, la magia de iOS 8 llegó con las extensiones. Gracias a ellas, el usuario podría interconectar datos entre apps como nunca antes en la plataforma (en Android se podía desde sus inicios). Pero todo ello debía llegar gracias a los alabados desarrolladores de la App Store. Y digo alabados, porque a diferencia de los de Android, es habitual hablar maravillas de ellos y de sus plazos de adaptación y actualización, y esta vez al menos, la cosa dista de ser aceptable.

Un ritmo de actualización muy lejos de lo esperadoTras casi dos meses de iOS 8, son muchas las apps que aún no cuentan con presencia en el Share Sheet o menú compartir del sistema. Y no, no hay que ir muy lejos. Ocurre en aplicaciones tan populares como WhatsApp o Telegram, el primer cliente de IM más usado en España y uno de los más usados en nichos geek. Algo tan sencillo como ver fotos desde la galería de iOS y compartirla a nuestros contactos por WhatsApp sigue siendo imposible a día de hoy. Lo mismo con subir a Dropbox. Por el contrario, aún es necesario abrir cada una de las apps, y desde ellas, importar los archivos que deseemos enviar. Otro ejemplo perfecto de la lentitud a la que avanzan las apps tras el fuerte ritmo inicial es VSCOcam. Fue una de las estrellas en el WWDC ya que se integraba en el nuevo menú de edición, que permitía aplicar filtros y hacer modificaciones desde la app Fotos del sistema, sin tener que abrir las aplicaciones de terceros. A día de hoy, esa funcionalidad sigue sin llegar, y aunque fuese una demo, en junio estaba lista.

Sé que mirarlo desde el punto de vista del usuario parásito quizá sea fácil, pero como digo, hay que aplicar el mismo rasero con el que juzgamos a las aplicaciones y desarrolladores en Android, a los que no nos cuesta demasiado mucho equiparar a caos. La realidad, a día de hoy, es que muchas grandes apps aún no han incrementando su funcionalidad, y si quieres disfrutarlas en los nuevos iPhone, las verás, además, pixeladas.

Conclusiones

He podido usar durante unos días un iPhone 6 y la experiencia es más que buena. Me parece el terminal del año y a mucha distancia del resto en cuanto a la completitud que ofrece. Pero el sistema tras dos meses sigue sin ser ese bálsamo que nadie prometió pero que muchos creímos que llegaría e incluso enterraría la gama alta de Android. Sigo pensando que cuando esté colmatado y completamente acompañado por los desarrolladores, iOS 8 hará mucho daño en ventas, por enfoque y por calidad. De momento, sin embargo, la experiencia no dista demasiado de la de iOS 7, por lo que se queda, solamente, en gran aspirante. Necesitamos ser pacientes, sí, pero igualmente con Android 5.0 Lollipop. Y no, Apple ha roto ninguna promesa, al igual que no tenía deudas pendientes. Es sólo la manera en que el usuario lo puede sentir.

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