En Celularis llevamos desde inicios de 2013 alabando ciertos terminales como el Nokia Lumia 520, el cual nos pareció un ejemplo ideal de como hacer que los usuarios pudieran disfrutar de una experiencia completa y satisfactoria sin tener que desembolsar cantidades desproporcionadas para usos simples. Esa lección pronto la aprendió Motorola de la mano de Google, y desde finales de año comenzó a seguir los mismos principios de Nokia en el 520 en su terminal estrella, el Moto G. En este caso, ya no sólo podía ponerse a la altura de la gama alta en muchos aspectos, sino que por la forma de actuar de los otros fabricantes, se ponía incluso por encima.

La buena aceptación de los terminales de Motorola no ha contagiado a los demás fabricantesY es que como ya sabemos, no hay actualización que Google lance en Android que no llegue de manera casi instantánea a la gama de Motorola, y salvo por marketing, donde Samsung sigue siendo la reina, es raro querer gastar 170€ o menos y no tener como primera opción un Moto G o un Moto E. No es publicidad gratuita, sólo un sencillo análisis tras comparar con terminales de la competencia. Por un lado, tenemos terminales de Sony como el Xperia M2 o el T2 Ultra, que si bien nos han gustado, llegan al mercado desactualizados y con precios y especificaciones inferiores a los modelos citados.

Algo que tenía el Moto G era una pantalla 720p en 4.5", consiguiendo una gran densidad de píxeles, por encima de los 300 puntos por pulgada. El M2 por ejemplo se queda en 229 ppp, incluso por debajo del Moto E, que presenta 256 ppp. En ese sentido, los terminales mini como el LG G3 Beat o el HTC One mini 2, tampoco aportan demasiado más allá de la cámara, pues llegan con capa de personalización y el mismo hardware, Snapdragon 400 y 1GB de RAM, al doble de precio y previsiblemente con actualizaciones más lentas. En el caso de Samsung y del S5 Mini, directamente nos vamos a los 480€, superando en precio a modelos como el Nexus 5, LG G2 o Samsung Galaxy S4.

Moto G Cámara

El éxito en ventas de las gamas bajas del resto de fabricantes, clave en el modelo continuistaPero como decimos, no es sólo una cuestión de precio, sino una cuestión de experiencia, que de momento mejora poco en rendimiento y en actualizaciones. Sin embargo, cuando la experiencia obtenida en terminales más baratos es superior, sí es el primer factor de decisión. La pena de esta plataforma es que terminales inferiores en muchos aspectos seguirán vendiendo más, pues tendrán más publicidad y apoyo por parte de las operadoras y distribuidores. La pena de esta plataforma, de nuevo, es que tras casi un año de experiencia positiva, aún no se aprenda la lección, y el usuario medio esté condenado a un funcionamiento sólo regular. Finalmente, la gran pena de esta plataforma es haber crecido sobre el modelo de smartphones como el Samsung Galaxy Ace, y haber democratizado y extendido el mal funcionamiento general en vez de lo que el smartphone venía a ser en sí. Con esa idea de base, el usuario se conforma con lo mínimo, en vez de exigir calidad por lo que paga. Parecía que el resto de fabricantes se pondría las pilas, pero al parecer aún tendremos que esperar, como mínimo a que sus ventas se reduzcan.

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