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¿Recuerdan lo que ocurrió con Siemens Mobile? Siemens era uno de los fabricantes líderes en la industria móvil hace justo unos diez años. A la sombra de Nokia y Motorola, se acomodó en un tercer puesto al que hacía justicia la calidad de la mayoría de sus terminales. Pero esa calidad empezó a degradarse, las ventas comenzaron a caer y la estabilidad financiera se tambaleaba en Casa Siemens. En 2005, Siemens Mobile fue vendida a BenQ y a finales de 2006 se paralizaron todas las operaciones, apagándose así una de las marcas con nombre propio en la historia de la tecnología móvil.

Siemens Mobile fue vendida a BenQ en 2005, como Microsoft ahora comprará Nokia.¿A qué viene esta historia? Al movimiento que está germinando durante estos meses y que se hará oficial muy pronto. Al de la compra de Nokia por parte de Microsoft. Cada vez que sale el tema veo negaciones de cabeza y resoplidos de funcionario con el sueldo recién congelado, como ateniéndose a una desgracia inminente por el hecho de que Nokia Devices ahora vaya a manos de Microsoft.

Soy el primero que ha repartido palos a Microsoft con generosidad. Abracé mi Mac para desentenderme de Windows en cuanto pude, me horroricé con aquel HTC Diamond que me encasquetaron con Windows Mobile 6.1 (iPhone killer!, decían los muy...), y Windows Phone 7.5 y 7.8 tampoco me parecían buenas soluciones. Pero creo que la mala fama de Microsoft tira demasiado de inercia y pasado. Para ser sincero, también creo que de la operación entre ambos Nokia se beneficiará de un gran colchón económico y Microsoft se beneficiará de un talento que, grupalmente, no tiene.

Microsoft dará el apoyo financiero que necesita el talento de Nokia.En cualquier caso, no voy a llorar la pérdida de Nokia, porque nadie va a perder a Nokia. Microsoft tiene voluntad de mantener a todos los empleados de Nokia en plantilla. Ese talento se quedará allí, sólo que ahora con badge y mail corporativo de Microsoft.

Siemens vendió Siemens Mobile a BenQ por tirar la toalla y no perder más dinero por el camino, ganando un poco más. Sus terminales tocaron el suelo, la calidad que caracterizaba a Siemens era cosa del pasado. El último modelo propio de Siemens fue el Siemens SXG75, perfecto símbolo de su hundimiento. La situación de Nokia es totalmente distinta. Lo más importante, la calidad, ha vuelto con más fuerza que nunca. La venta a Microsoft le da lo que le falta ahora: seguridad económica.

Nadie mejor que Microsoft para comprar Nokia. Ningún otro player tendría sentido.Los reveses de años anteriores hicieron mella en la compañía ex-finlandesa, que antes de comprobar si lograba salir de sus aprietos particulares ha acabado siendo vendida, probablemente, a la mejor compañía a la que podía venderse. Elop pasará a encargarse de la división de hardware de Microsoft, lo cual asegura todavía más que los Nokia seguirán teniendo su propio ADN.

Tampoco voy a engañar: preferiría que Nokia siguiese independiente, tal y como hasta ahora, quizás por aquello del miedo a lo desconocido. Pero si formar parte de Microsoft va a permitir a Nokia evitar una preocupación perenne por el futuro financiero, bienvenida sea la operación. Con una Samsung que ha acaparado Android, y una Apple que sigue yendo a lo suyo con iOS, la opción con más sentido para Nokia era abrazar a Microsoft. Justo hace tres años empezó el camino. Ahora está a punto de culminar. En pocas semanas se debería oficializar la operación.

Nokia es un ejemplo de resiliencia brillante.Aquí hay alguien que perdió la fe en Nokia cuando las olas monstruosas llamadas iOS y Android que partieron el navío finlandés en dos durante la etapa Symbian —y su deprimente continuación con Windows Phone 7.5— sepultaron al que había sido el rey indiscutible. Una urgencia latente sustituyó a la habitual paciencia nórdica a la hora de pensar nuevos dispositivos. La coreografía se diluyó.

Hace unos meses me entregué a la realidad: Nokia ha vencido. Los números no me importan. No estoy hablando de ellos. Hablo de calidad. De la ambición que ha envuelto, como una nebulosa, a Nokia y a todo lo que produce. Me produce mucha tristeza ver caer a una marca. No comparto ese miedo a que suceda lo propio con Nokia. No va a pasar lo que vimos con Siemens. Me juego el 1020.

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