La red 4G en México está cada vez más cerca de su establecimiento formal, en un (teórico) escenario de justa oferta y demanda por el servicio. Sin embargo, tras el anuncio oficial del arreglo entre concesionarias y gobierno, por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes -SCT, las primeras reacciones no se han hecho esperar. En un escenario donde, de 190MHz a disposición de la iniciativa privada, ahora sólo se han quedado con 60MHz, la primer duda, y la más obvia, es si este rango del espectro será suficiente para desplegar redes LTE a todo su potencial, seguido de los cuestionamientos sobre qué tanto afectaría este arreglo forzoso a las empresas que ya operaban bajo una dinámica previa.
Grupo MVS, quienes habían sido de los principales afectados desde el inicio de esta disputa, y que ahora se han integrado junto a las otras 8 empresas que regresaron sus concesiones para renovarlas, fueron los primeros en hablar sobre el tema, a través de Felipe Chao, vicepresidente de relaciones institucionales de MVS, quien señaló que se encontraban "leyendo y analizando el comunicado, y más adelante daremos a conocer nuestra postura". Mientras que otras entidades, como la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones -Canitec fueron más duras, al señalar que las negociaciones en torno al reordenamiento de la banda de 2.5 Ghz fue algo muy "opaco y viciado", según declaró Alejandro Puente, presidente de la organización:
La negociación giró en torno a un proceso discrecional, opaco y parcial liderado por la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y por su ex presidente Mony de Swaan. Cuando el asunto llegó a manos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la dependencia ya no pudo hacer nada porque el caso ya estaba planchado.
A final de cuentas, para muchos de los portavoces de las organizaciones directa, o indirectamente afectadas, la negociación lograda fue únicamente la mejor alternativa para evitar un litigio de duración extraordinaria, que sólo estancaría más el conflicto. Apostando aparentemente por más adelante retomar el caso con el recién creado Instituto Federal de Telecomunicaciones -IFT, para renegociar el espectro y en particular el costo de las contraprestaciones por el uso del mismo, cuya intención de costo original resulta particularmente elevado.
60 MHz no es tan bajo en realidad
Brasil dio concesión de apenas el 33% del espectro que otorgó México.
En el otro lado de la moneda, existe un grupo de analistas que consideran bastante óptima la reducción del espectro, en especial luego de compararlo con lo sucedido en otros países, donde ya operan las redes 4G, bajo un rango mucho más limitado, tal es el caso de José Otero, presidente de Signals Telecom, quien considera más que suficientes los 60MHz para el despliegue de servicios de banda ancha, poniendo como ejemplo de competencia entre iniciativa privada, los casos de los operadores brasileños TIM y OI, quienes establecieron su red con tan sólo 20MHz de espectro en la banda de 2.5GHz, un 66.6% menos con relación a México, para la implementación de sus servicios mediante redes LTE. Para Otero, la llegada de las conexiones con tecnología LTE con velocidades promedio de 10 megabites por segundo, supondrá un factor estimulante para el mercado, ya que modificará la dinámica de oferta, demanda y precios por otros servicios de datos, como sería la conexión de banda ancha fija, que habrían de bajar sus tarifas para mostrarse como una opción competitiva ante los beneficios de portabilidad y velocidad de la banda ancha móvil 4G.
De acuerdo con Ramiro Tovar Lanza, investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el acuerdo con las concesionarias representa dos ventajas: La primera es que por fin las empresas del ramo podrán explotar esos 60 Mhz para ofrecer servicios de banda ancha móvil, y la segunda que ahora el Estado recupera los 130 MHz restantes, que ahora se encuentran a su disposición, y cuyo uso, en teoría será definido por el IFT en beneficio de la población. En sí, el espectro concesionado no es nada limitado y resulta ideal para esta transición, México realizó con un poco de retraso estas modificaciones, sin embargo va por buen camino para generar mejores servicios de telecomunicaciones.