Hace nueve años, por estas mismas fechas, había un recién llegado a la telefonía móvil española que marcó un antes y un después para muchos. No era un gama alta, ni podía compararse a lo que Nokia podía ofrecer en aquella época con terminales de precios estratosféricos. Pero fue, para muchos, el primer contacto con un teléfono móvil con cámara, incluso con pantalla a color o con melodías polifónicas. En 2004 no era extraño. Hablo del Sharp GX15, si acaso uno de los primeros terminales de la compañía, sin duda el que más éxito cosechó. Personalmente, el que me hizo ahondar en la telefonía móvil.

99 euros

No era para menos. En aquel año lo compré por los 99 euros que costaba su pack de prepago en Vodafone, operadora que lo comercializó en exclusiva en España. Las otras formas de conseguirlo eran por 30 euros al firmar un contrato y gratis mediante una portabilidad. Si se compraba directamente a Sharp desde su web, salía más caro. Lo que parece un precio casi simbólico hoy, destinado a terminales de entrada de gama, supuso meses de ahorro para mi economía de preadolescente. A día de hoy, aún me pregunto cómo es posible que uno de los terminales mejor considerados fuese tan barato. Y eso que sus especificaciones eran bastante moderadas, pero su desempeño no decepcionaba a nadie. Recuerdo que hablamos de 2004. Su cámara VGA era muy bien valorada, y es que pese a su resolución, sus fotografías eran bastante mejores que las de terminales superiores de Nokia o Motorola con idéntica resolución. Su pantalla TFT de 65.536 colores y 120 x 160 píxeles era bastante más grande que la de cualquier competidor en su rango de precios. Su diseño llamaba la atención por su sobriedad y elegancia — si ahora casi todos los smartphones parecen estar cortados por el mismo patrón, en esa época no, el mejor ejemplo eran los diseños increíbles de Nokia.

¿Qué hacía el Sharp GX15 para dejar un recuerdo tan bueno? No era de los punteros del mercado, como sí lo fue su hermano mayor, el todopoderoso y aspiracional Sharp GX30. Pero es que tenía casi de todo en muy poco tamaño y a un precio bien atractivo. Coloquialmente, era pequeño pero matón. Tenía Bluetooth y puerto de infrarrojos, ambos funcionales para enviar y recibir archivos (algunos terminales los tenían para intercambiar únicamente tarjetas de contacto o conectar al manos libres). Pesaba sólo 84 gramos pese a sus 17,8 milímetros de grosor, más del doble que muchos smartphones actuales. Mención especial merece su capacidad de almacenamiento: 1,8 MB. Sí, MB. Si tenemos en cuenta que las fotos de su cámara VGA ocupaban entre 50 y 90 Kb, que sus cortos vídeos (en .3gp) tenían el límite en 95 Kb y que no podíamos añadirle mucho más (juegos, melodías polifónicas, y pare usted de contar), no estaba tan mal como puede parecer. Sí se le criticaba su escasa memoria, pero no era tan sangrante como puede parecer ahora.

Capa de personalización... de Vodafone

Si ahora uno de los debates de la telefonía móvil está en las capas de personalización que los fabricantes de smartphones con Android añaden a sus terminales, en aquel momento no había debate, pero ocurría algo similar. Al comercializarlo en exclusiva, Vodafone añadía su propia interfaz al Sharp GX15, como a tantos otros terminales. El motivo no era otro que, de la misma forma que "todos los caminos llevan a Roma", todos los accesos llevaran a Vodafone Live!, su extinta plataforma de navegación móvil, igual que Orange con Orange World o Telefónica con Movistar Emoción. En aquella época eran los operadores quienes personalizaban el terminal. Soy contrario a las capas de personalización, pero Vodafone Live! mejoraba por mucho la interfaz nativa del Sharp GX15, que parecía una adaptación de Windows 98 a un teléfono móvil.

Sharp GX15 - Sharp GX15 - Sharp GX15No obstante, los instintos de hurgar en las tripas de la telefonía móvil ya aparecían en aquella época. Y aquí llega la anécdota curiosa. Los telefónos móviles de entonces no traían cable USB, sino un mero cargador. Los cables USB, de los móviles que lo tuvieran, se compraban aparte. Nada más y nada menos que por 22 euros, en el caso del cable del Sharp GX15. Además, eran bien difíciles de encontrar. Servían para volcar contenidos (fotos y vídeos principalmente, o una copia de la agenda) al PC. Si se quería poder flashear el terminal e instalarle un firmware propio, como los que aún almacena GSMSpain, había que tener un cable USB con función de carga. Porque era un modelo por separado del cable USB normal. Lo que ahora resulta llamativo casi ni se sabía en aquel momento, y sólo los infinitos foros de la red despejaban dudas.

Sus incovenientes

Pese a su buen desempeño y su precio que le sirvió de catapulta para llegar a los bolsillos de muchos, tenía algunos inconvenientes, más allá de la mencionada limitada capacidad de almacenamiento. Por ejemplo, la pintura de su carcasa era muy poco resistente, sobre todo la de la parte trasera. Aparecían rayones y conchas con relativa facilidad. Con el paso de muchos meses, el asunto ya era excesivo; recuerdo que la última vez que lo vi por casa, 4 o 5 años después de comprarlo, estaba verdaderamente mal a nivel estético.

Sharp GX15 - Sharp GX15 - Sharp GX15Además, y esto ahora suena bastante curioso, su batería duraba poco: dos días aproximadamente. En 2013, un smartphone cuya batería durase dos días completos pese a usarlo sería catapultado a la gloria. Pero en 2004, la mayoría duraban tres, cuatro, cinco días sin problema, con los ocho días del Nokia 1100 como horizonte. Este móvil fue el primero con cámara que usaron muchos, y la novedad se pagaba con un uso exagerado de ella y por tanto, una caída en la vida de la batería. También contaba su pantalla, bastante grande para lo visto entonces. Factores que ayudaban a que su autonomía fuese algo criticada.

Por último, estaba el inconveniente de la interfaz de Vodafone: era fácil equivocarse y pulsar la tecla de acceso a Vodafone Live!, con el consiguiente gasto involuntario por la conexión. Quienes descubrimos la forma de evitarlo le hacíamos un gran favor a quien también tenía el Sharp GX15: se podía añadir una configuración manual al acceso GPRS y que la conexión fallara cada vez que se intentara.

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