Una de las cosas que más nos ha sorprendido del LG G2 durante su presentación ha sido su botón trasero. Situado al centro, bajo la cámara, tenía pinta de estar pensado para las funciones de la cámara, precisamente, pero no ha sido así. Es uno de los protagonistas del terminal y de hecho tiene nombre propio: Rear Key. Un apartado de la presentación del LG G2 ha estado orientada en exclusiva a él, a las diferentes opciones que ofrece más allá de ser el botón de bloqueo y desbloqueo y para controlar el volumen. El botón trasero del LG G2 esconde bastante más.
- Pantalla y nada más. Es lo que pretende el LG G2, eliminar al máximo posible los marcos del terminal y todo lo que le impide tener una gran pantalla sin sacrificar manejabilidad. Las 5,2 pulgadas del LG G2 lo ponen difícil, pero sus bordes le permiten tener un tamaño muy contenido.
Sirve como punto de apoyo. En esto ha puesto bastante peso LG al explicarlo, permite que el terminal no se resbale con tanta facilidad que si tuviera una trasera totalmente lisa. Se me viene a la cabeza el HTC One, que se me resbalaba por las manos con bastante facilidad.
Subir el volumen o bajarlo durante las llamadas. Acepto que siempre he tenido que mover un poco el terminal para hacerlo con seguridad. Según LG, esto se acaba con Rear Key, ya podemos cambiar el volumen desde la mano sin mover el smartphone.
Mejor acceso. Puede que sea discutible, pero el argumento de LG parece bastante obvio: en esa posición solemos tener el dedo índice cuando sujetamos el terminal, así que de forma intuitiva podemos manejarlo. El pulgar queda para moverse por la pantalla, no para bajar a un botón inferior.
Acceso inmediato a la cámara. Otros terminales también tienen botones dedicados, como los Nokia Lumia. El LG G2 lo tiene en su Rear Key, en la parte posterior del terminal.
Autorretratos. No tendremos que poner la mano en una posición extraña ni usar temporizador, sino que cogiendo el smartphone de forma natural y pulsando el botón, podremos hacer fotos de nosotros mismos. Quizás el uso al que más sentido veo, a falta de probarlo por mí mismo.