Parece que Samsung ha dado en la tecla correcta con los gustos de los usuarios de Android, ya que trimestre a trimestre no hace más que presentar buenas cifras.
No son tan impresionantes como las del iPhone, pero siguen siendo buenísimas. Por otro lado, con la gama tan amplia de dispositivos que tiene Samsung, no adaptarse a lo que necesitan los compradores resulta muy complicado.
El primer Galaxy Note ya tuvo cierto éxito y buena acogida, con un concepto novedoso (phablet) que muchos criticamos, pero a muchos otros gusta. El primer teléfono intentó borrar la línea entre teléfono y tablet: una pantalla grande, pero funcionalidades de teléfono y aún así, es portable y usable hasta cierto punto. Todo salió desde el afán del más grande distribuidor de smartphones del mundo por diferenciarse en un mercado cada vez más poblado por terminales con características muy parecidas.
Si desde Samsung logran consolidar el Galaxy Note como una familia parecida al Galaxy S, sería algo bueno para ellos. Ayudaría a compensar su presencia no demasiado alta, donde les queda mucho por recorrer, no sólo a ellos como fabricante, sino Android como ecosistema, pero el Nexus 10 presenta una buena apuesta por dos motivos: prestaciones y precio; tendremos que esperar a ver los números de ventas.