Si algo nos ha enseñado la historia, es que todos los imperios caen sin excepciones: el imperio de Alejandro Magno, el Imperio Romano... e incluso los imperios tecnológicos, como el imperio de Nokia, antaño líder indiscutible de ventas a nivel mundial, y hoy en día con un futuro más o menos asegurado tras la compra por parte de Microsoft, aunque con unas cifras de ventas mucho más bajas que las que tuvo en su día. Los imperios caen, y quizás estemos asistiendo a los primeros pasos de la caída del dominio de Samsung en el mercado de smartphones.
Si Samsung quiere seguir en la cima, debe hacerlo mejor que el resto de fabricantes, no igual de bien.
Todo esto proviene de los resultados financieros publicados por Samsung hoy mismo, en los que la compañía surcoreana ha tenido unos ingresos de 51.400 millones de dólares y un beneficio de 7.100 millones, cifras que, si bien son impresionantes, se alejan mucho de los cerca de 9.400 millones de dólares de beneficio en el mismo período correspondiente al año anterior. Estos resultados venían ya bajo aviso de Samsung, la cual pronosticó que los resultados financieros de este año no iban a ser tan satisfactorios como años anteriores.
Junto con los resultados económicos, se ha especificado también que actualmente el won (la divisa surcoreana) es mas caro, lo que conlleva que el comprar productos de Corea ahora sea más caro, perdiendo competitividad. Pero, ¿qué ocurre con la venta de móviles en este cuatrimestre? Pues simplificando sus palabras, la compañía surcoreana quiere decir que la competencia ha aprendido, se ha adaptado y ha contraatacado, especialmente en el mercado chino y el mercado europeo. Sin embargo, más allá de la competencia extra que ha recibido Samsung y el encarecimiento del won, estos resultados pueden que signifiquen algo más, algo para lo que quizás pase mucho tiempo hasta su culminación, y es que *Samsung quizá esté perdiendo su momentum***, y es algo lógico.
Durante los tres últimos años, el ascenso en ventas de Samsung ha sido imparable en todas las gamas, desde la gama Galaxy S, hasta la gama media y baja con smartphones como el Ace, el Core, los mini, o el Grand, todo esto ayudado por las operadoras, que a su vez se aprovechaban de la fama de Samsung para vender sus productos con un argumento extra y con mayor facilidad, produciendo un efecto simbiótico en términos financieros. Aunque no dudo de la calidad de la gama Galaxy S, sí que se puede dudar más de la efectividad del resto de terminales, en los que Samsung podría haber dedicado más tiempo y haberlos pulido más.
Samsung desea ser la Apple de Android, y con ello está descuidando al resto de gamas.
Y, poco a poco, y casi sin que se dieran cuenta, el resto de compañías han ido alcanzado los pasos de Samsung en todas las gamas. Con LG con el G2 o el Xiaomi Mi3 en la gama alta, o Motorola con el Moto G y Moto E en las gamas medias y bajas, Samsung ha ido perdiendo prestigio ante el usuario especializado y a larga puede repercutir en el usuario de a pie, en el usuario que no entiende tanto de móviles, reduciendo sus ventas aún más drásticamente.
Otro problema al que se enfrenta Samsung es en el territorio tablet. Aunque ha presentado alternativas muy interesantes al todopoderoso iPad y iPad mini como la nueva gama Tab S, el simple hecho de que lleve presentadas más de 11 modelos de tablets en lo que va de año es decir bastante. Si añadimos el bajo ratio de renovación de las tablets los usuarios, mucho menor que el del smartphone, y además la compañía surcoreana no acaba de dar con la fórmula correcta para una tablet de calidad, todo esto contribuye a que el mercado Android en tablets no acabe de despegar.
Pero quizás todo esto sea una especulación por mi parte, quizás todo esto sea un bache financiero para Samsung, y en el tercer y cuarto cuatrimestre del año las ventas y beneficios mejoren, sobre todo con la posible llegada del Galaxy Note 4. Pero esto debería servir como aviso para Samsung: no todos los clientes van a optar por un smartphone de gama alta, y deberían cuidar la imagen y la experiencia de usuario de sus productos por igual. En cuanto al resto de competidores, estos resultados lo deberían ver como el camino correcto que deben seguir si desean acabar con la supremacía de Samsung en el mercado de smartphones.