Hace no mucho tiempo todo iba viento en popa para el sistema de Microsoft, anunciando el hito de las 100.000 aplicaciones subidas en el Marketplace y varios desarrolladores diciendo que la plataforma era muy buena para darse a conocer como desarrollador independiente sin gastar dinero en publicidad. Pero con el anuncio de la incompatibilidad de Windows Phone 8 con los actuales terminales sabíamos que estos meses la cosa empeoraría.
Y seguirá empeorando hasta terminar el primer cuarto de 2013, en mi opinión. Hasta que saquen teléfonos de gama media o baja de Windows Phone 8 de la mano de ZTE y otros fabricantes más tarde durante ese año. Generalmente suele suceder que una vez se anuncian las 100.000 aplicaciones publicadas en la tienda de un sistema, estas suelen ir en progresión exponencial, pero este no ha sido el caso. De hecho la curva parece más una S, donde la curva de crecimiento parece haberse estabilizado hasta hacer una forma más plana durante los últimos meses, no sólo durante los problemas que el Dev Center está teniendo últimamente.
En el último mes se aprobaron 1700 aplicaciones, contrastando con 3500 el mes anterior y 6000 hace tres meses.
Y es normal, aunque las aplicaciones actuales de Windows Phone 7.5 serán compatibles con Windows Phone 7.8 y 8, sí es cierto que los desarrolladores están decepcionados, en cierta medida, con que sus teléfonos no quedarán a la última una vez que Windows Phone 8 esté en el mercado, tampoco ayuda el hecho de que se espera que 7.8 salga después que 8. Aunque algunos entendemos que es un cambio necesario y una actualización imposible.
No digo que los teléfonos que quedan obsoletos, porque entiendo que es una actualización que es físicamente imposible que llegue a los teléfonos actuales, porque no cuentan con una ranura de MicroSD, no cuentan con chip NFC o con dobles núcleos. Sin embargo, es un trago amargo.
Lo que más molesta a algunos no es la decisión de Microsoft, sino que desde el principio sabía lo que iba a pasar.