Aún no se bien si entender lo que ha pasado hoy como un movimiento conjunto por parte de los fabricantes coreanos o si ha sido todo fruto del azar, pero el caso es que hoy tenemos otro wearable del que hablar. El Samsung Gear S es otro dispositivo de Samsung que ha sido presentado oficialmente hoy mismo.
Su característica principal es su diseño, como se puede ver. Su pantalla curvada alberga un panel Super AMOLED de 2 pulgadas con una resolución de 360x480. Con esta resolución tan poco convencional no es de extrañar que hayan optado por Tizen en lugar de Android Wear como OS. Continuando con el apartado técnico el dispositivo cuenta con 4GB de almacenamiento, 512MB de RAM, procesador de doble núcleo a 1 GHz sin especificar, batería de 300mAh, certificación IP67 y toda clase de sensores: GPS, acelerómetro, giroscopio, barómetro y brújula digital. Ah, se me olvidaba, se le puede meter una SIM.
En efecto, el smartwatch de Samsung abre una nueva posibilidad que se había estudiado anteriormente, incluso Samsung ya había sacado un reloj teléfono, y es la de tener el wearable conectado de manera continua. De este modo se podrán enviar y recibir datos sin necesidad de estar conectado a un teléfono, posibilidad que también existe. Puede que lo más interesante de todo esto sea la posibilidad de hacer y recibir llamadas desde el reloj, algo puede ser interesante en un apuro pero de dudosa utilidad si tenemos en cuenta la batería.
Se prevé que haga un buen uso de S Health, la suite de salud de Samsung, gracias a los sensores, algo que no ha hecho mucho ruido en la industria pero que puede tener más potencial del que la gente sospecha.
Samsung no ha informado sobre su precio de salida, aunque sí ha informado en su web sobre su disponibilidad, que será en octubre y sus accesorios, siendo el más interesante el Gear Circle.
